TÚ ESTARÁS CONMIGO
“Aunque ande en valle de sobra de
muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4)
Esta mañana escuché las noticias que hablaban de rebrotes del virus Covid-19 en diferentes partes del mundo en donde, supuestamente, ya estaba controlado. Nuevamente se empieza a escuchar de la gran cantidad de casos de contagios y muertes y se vuelven a encender las alarmas. En algunos lugares de México, y en pleno semáforo naranja, los casos de contagios y muertes se multiplican y no se ve con claridad cuándo estaremos nuevamente en condiciones “normales”. La única cosa que es cierta es que el contagio y la muerte siguen rondando con libertad y nos han puesto en condiciones nunca antes vistas por nuestra generación.
Ante esta situación se han presentado diferentes maneras de enfrentar la realidad de las circunstancias que nos anuncian el fin de nuestra existencia. A inicios de la década de los 60s, surgió una mujer de nombre Elizabeth Kübler-Ross que dedicó su vida al tratamiento de moribundos que se enfrentaban a una muerte inminente, y trabajó con muchas familias para que aprendieran a enfrentar el doloroso proceso que les representaba la pérdida de un ser querido. Dentro del famoso “Proceso de duelo” que atendía a pacientes terminales y a sus familias estaban las etapas de la negación, la cólera, la negación, el valle de la desesperanza transitoria y finalmente la aceptación y el crecimiento.
Lo que llama mi atención es la etapa que fue llamada “Valle de la desesperanza transitoria” (VDT). Según Elizabeth es la etapa de la depresión o desesperación porque la realidad se ha vuelto innegable, la situación de desolación por la muerte o todo lo que le ronda ha llegado para quedarse, y lo único que queda es apresurar el paso en esa etapa para llegar a la de la aceptación y crecimiento. Aunque esto fuera así, hay un gran problema para resolver, ¿cómo se sale de esta etapa?
Los cristianos hemos aprendido un lenguaje diferente, esa famosa etapa del VDT no explica cómo enfrentarla, para nosotros esto representa el “Valle de sombra de muerte” y sí tenemos respuesta bíblica para esto. En el sentido más amplio hablaríamos de un valle extremadamente profundo y oscuro y este Salmo maravilloso nos da la clave para enfrentar este momento de incertidumbre y pesadez delante del Señor que provee alimento sólido y descanso profundo. La esencia del alimento espiritual no está tanto en la expresión “Valle de sombra de muerte”, como en las tres palabras que le siguen y que contienen la base de nuestra seguridad “No temeré mal alguno, porque TÚ ESTARÁS CONMIGO”. Para los hijos de Dios, los que hemos nacido de nuevo, los que hemos oído la voz de nuestro Pastor y le hemos seguido, la verdad que encierra esta frase debe ser suficiente.
Esto nos recuerda las palabras del Señor citadas en el libro de Hebreos: “No te desampararé ni te dejaré” (Hebreos 13:5). De modo que podemos decir con confianza: “El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (Hebreos 13:6). Yo no sé cuál ha sido su experiencia, pero siempre que nos encontremos en una situación donde ronda la muerte, cuando hay una gran presión, debemos recordar que Él dice que nunca nos deja ni nos abandona; Él está siempre ahí. Por lo tanto, no tenemos ningún motivo para temer, y eso es un gran consuelo porque Él estará con nosotros.
Moisés experimentó esta verdad cuando pidió al Señor que le mostrara el camino en el desierto lleno de peligros, Dios le respondió “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Ex. 33:14), y Moisés le respondió “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (v. 14b).
Amados hermanos, el énfasis de la frase que leemos no está en el “Valle de sombra de muerte” como si fuera el “Valle de la desesperanza transitoria”, sino en la expresión “Tú estarás conmigo”. Esta es la única manera posible de mantener nuestra confianza en aquél que ha prometido ser nuestro pastor, y que la esencia de su provisión es una presencia santa y permanente en medio de nuestras más felices y/o complejas situaciones. A Él sea la gloria por los siglos.
EGT
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