LA DIRECCIÓN PERFECTA DE NUESTRO DIOS
“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.” (Salmo 25:4, 5) Conforme pasan los días y los meses de esta contingencia que ya dejó su estatus de cuarentena para ser una especie de “noventena”, pues ya llevamos 90 días en casa -más las publicaciones en redes sociales, noticieros y conversaciones virtuales que pretenden dar dirección a una vida de “nueva normalidad” con consejos de todo tipo- la Palabra de Dios corre el riesgo de dejar de ser relevante para el pensamiento posmoderno ávido de información, y crédulo a toda clase de corrientes modernas que dirijan su vida y pensamiento. No debemos dejar que el mundo informativo, lleno de filosofías humanistas o de pensamientos positivistas, nos guíen a lo largo de esta vida de afanes para tranquilidad de nuestra alma cansada y, en muchos casos, casi derrotada. A cada momento debemos regresar a las Escrituras de d